Eurovisión se ha convertido (aunque seguramente siempre lo ha sido) en un desfile de intereses políticos y amiguismos. La situación geopolítica parece ser un sólido argumento para las votaciones. Nada de esto es nuevo. Lo que no entiendo es por qué fuimos al festival y no tomamos la inteligente decisión de algunos países como Portugal o Andorra, que se abstuvieron de asistir por motivos económicos. Así nos pasó, que nadie nos votó. Bueno, sí, Albania, que nos regaló ¡6 puntos! e Italia que nos dio 2. Y nosotros a ellos 12.
La canción "Contigo hasta el final" de "El Sueño de Morfeo" comenzaba muy grave para la cantante. No se supo desenvolver bien ni con la voz (en esos tonos), ni en el escenario. No voy a entrar a valorar el estilo porque me es indiferente y no creo que suponga ni el éxito ni la derrota de una actuación, pero creo que nos merecíamos más. Y seguramente habríamos quedado quintos empezando por el final de haber asistido Portugal y Andorra. Pero qué se le va a hacer; la península ibérica se ha quedado sola frente a la magnitud de los países escandinavos y del este.
Raquel del Rosario ha escrito un post en su página web oficial contando la experiencia personal y profesional. "Volveríamos el año que viene si hace falta, pero también hay que dar la oportunidad a otros artistas", declaraban. Eso sí, en caso de repetir, lo harían "probablemente con la lección mejor aprendida".
Una polémica envuelve ahora a la ganadora del festival por un supuesto plagio, ya que la canción 'Only Teardrops' se parece mucho al tema 'I surrender', firmado por el grupo pop holandés K-Otic.
Eurovisión es un espectáculo en todos los sentidos. No solamente música y talento como ya se ha comprobado. Y por lo tanto, no se le puede pedir peras al olmo...Al menos ganamos a Irlanda.
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